
Pronto por la mañana, tras el
desayuno y los servicios básicos, hemos emprendido el viaje en autobús hacia
los valles de Valderredible y de Campoó, en el sur de Cantabria. Un viaje que nos
ha supuesto un verdadero “viaje en el tiempo”.
Valverde, y la ermita
rupestre del mismo nombre. Esta ermita, abierta al culto, es una de las mayores
y mejores conservadas del rupestre. En el centro de interpretación, a través de
una proyección y efectos audiovisuales, hemos podido entender la vida de los
primeros eremitas que habitaron algunas de las cuevas y ermitas de esta zona de
Cantabria y del norte de Palencia y Burgos.
De allí nos desplazamos hasta
Argüeso, en Campoó, donde hemos visitado el Poblado Cántabro. Ambientado en la
Edad del Hierro, es una recreación de un poblado cántabro de la época. Chozas
de adobe, madera y paja, pieles de animales, utensilios de la época,
herramientas, joyas… Ha sido realmente impresionante poder ver cómo vivía este pueblo que hizo frente con tanta bravura
a la invasión romana.
Cerca de allí, en la falda del
Pico Tres Mares, hemos comido en un entorno incomparable como es el nacimiento
del Ebro en Fontibre, donde nos hemos hecho una foto de grupo antes de iniciar
la ruta hacia el último destino del día, que era el yacimiento arqueológico de
Julióbriga, donde se conservan restos de esta ciudad romana construida en honor
a Julio Cesar.
Un día espléndido en el que hemos
hecho un recorrido por la historia que nos ha ayudado a comprender muchos
aspectos actuales de nuestra cultura.
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